martes, 25 de junio de 2013

La retirada de las becas universitarias traerá consigo una merma de la competitividad de nuestras PYMES

Estos días está el ministrillo Wert en el ojo del huracán. Ha decidido que sólo los "listos" y los ricos estudien en la universidad, haciendo un recorte claro en la becas de educación a la vez que sube las tasas de matrícula, dando una nueva puntilla a las clases medias de este país.
 
Porque los realmente afectados por esta política no son las clases bajas, no. Desgraciadamente el hijo del pobre, del obrero que apenas llega a fin de mes ni ahora ni antes tenía una oportunidad de ir a la universidad, a no ser que lo hiciera de forma épica, como cuando no los cuentan en esas lacrimógenas películas americanas, y no tenía esa oportunidad porque las familias más favorecidas no podían permitirse el lujo de mantener a uno de sus miembros sin trabajar.
 
El ataque de la ley Wert ha sido una vez más sobre las clases medias de este país. Unas clases medias que cada vez tienen más dificultad para llegar a fin de mes, pero que aún podrían permitirse tener a miembros de su familia estudiando, pero que ahora no podrán pagar la matrícula.
 
¿Y por qué ocurre esto? ¿Por qué realmente se ha hecho este recorte? Pues simple y llanamente para favorecer a la universidad privada. Con la subida de tasas, quien puede permitirse pagar la matrícula de la universidad pública, puede hacerlo también con la privada.
 
Y la pública está condenada a languidecer con becarios de altas prestaciones, que si realmente destacan además serán captados por los sistemas privados de becas de las universidades privadas, con el objetivo de aumentar su prestigio.
 
De seguir este sistema, la universidad pública está condenada a desaparecer. Estamos en unos momentos de privatización extrema donde la iniciativa privada es la que manda, donde lo público debe desaparecer, donde las personas ya no cuentan, en un ataque dirigido a crear una élite gobernante y una destrucción de las clases medias en aras de obtener una mano de obra barata que no genere gasto social, donde se prefiere tener ricos muy ricos y pobres en guetos o que emigren. Estamos asistiendo a la destrucción del estado del bienestar, donde los derechos que supuestamente hemos conquistado en los últimos 30 años se nos muestran como un espejismo y nos dicen que nuestra realidad es otra, que nuestra realidad es trabajar en puestos de trabajo sin cualificación, en tener una pensión de mierda que nos obligue a vivir de nuestros hijos como nosotros hemos tenido que hacernos cargo de nuestros padres, y de unos hijos a los que no hemos podido pagar una educación.
 
Están expoliando el país ante nuestras narices, y la educación es el último de los ejemplos. Y además el elitismo universitario es el peor de los errores ante el que se puede caer, ya que los universitarios que provienen de la élite, aparte de peor preparados debido a que no tienen que esforzarse por aprobar que papá paga igual, no entran en el tejido laboral de las PYMES españolas, sino que entrarán a trabajar en las grandes corporaciones españolas.
 
Y en este mundo globalizado donde las grandes corporaciones juegan a la deslocalización hacia los mercados donde realmente colocan producto es precisamente el tejido de PYMES el que mantiene el mercado interno español.
 
El efecto secundario de esta destrucción de la universidad pública es que las PYMES no podrán nutrirse de universitarios, y sacar del mercado a los miles de ingenieros, químicos o físicos que no son hijos de la élite se notará a medio plazo en esas PYMES y en su competitividad, provocando un retraimiento de la economía española.
 
Porque nos están llenando la cabeza con la mentira de que estamos gastando millones de euros en formar universitarios españoles que luego se van a trabajar al extranjero cuando la realidad es que ese éxodo se produce por la patética situación de la economía española.
 
Y el señor Wert, de expediente académico a la altura de su estulticia, va a ser el responsable de un nuevo retraimiento de la economía española, por querer favorecer a una educación privada en un nuevo ataque a las clases medias. Ya veremos cómo se mantendrán las élites cuando no tengan clientes que compren sus productos.
 

1 comentario:

  1. Después no le saludan los estudiantes y se sorprende contándonos lo mal educados que están... Y nos quedan mínimo dos años.

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