martes, 16 de julio de 2013

La inocencia de Bárcenas, demostración matemática.



Vamos a utilizar un argumentario matemático para tratar de aclarar si Bárcenas miente o dice la verdad en el caso de la contabilidad B del PP, y cuando asegura que el dinero en Suiza que tiene proviene de pagos ocultos de empresas para conseguir favores.
 
Vamos a intentar demostrarlo por la técnica de reducción al absurdo. Para ello partimos de la premisa de que la fortuna de Luis Bárcenas, recordemos ex tesorero del PP, se adquirió de forma ajena al PP.
 
Ahora bien, esa fortuna se tuvo que obtener de dos maneras posibles: de forma legal o de forma ilegal.
 
Si se hubiera obtenido de forma legal constaría una contabilidad legal de las empresas del señor Bárcenas en la que aparecerían los ingresos y beneficios de esas empresas, y sería muy fácil demostrar esa legalidad. Pero eso no ha sido así.
 
Por tanto, cabe pensar que ese dinero se ha obtenido ilegalmente. Las dos posibilidades de obtener ese dinero es o bien por actividades delictivas mafiosas clásicas (drogas, robo, extorsión, prostitución, etc) o por sobornos. Si a alguien se le ocurre alguna otra manera, que nos lo diga (va por usted, señor Marhuenda).
 
El primer caso quedaría descartado ya que alguna relación con la mafia clásica hubiera aparecido, y no parece que eso haya ocurrido. las posibilidades de robo de bancos o de cuentas públicas hubiera dejado alguna constancia de esa acción, pero no la hay. Por tanto, la única posibilidad que nos queda es la de la entrada de ese dinero a través de sobornos, como miembro de alto calado del Parido Popular.
 
Descartando intervenciones divinas, que el tío sea la persona con más suerte del mundo y que se vaya encontrando sobres por la calle, actividades ilegales clásicas, podemos concluir que ese dinero le llegó de sobornos.
 
Bien. Si alguien hace un soborno es porque desea obtener algo a cambio. El volumen de dinero que consta que se ha acumulado (decenas de millones de €) indica que los sobornos fueron cientos. En el caso de que el sobornador no obtuviera nada a cambio, es muy difícil que los sobornos se repitieran, por tanto la explicación más lógica es que el sistema funcionaba y quien sobornaba recibía los beneficios buscados por ese soborno.
 
Ahora bien. ¿Cómo era posible que alguien apostara por una adjudicación, sabiendo que era más caro que la competencia, y que además había pagado un dinero en B a un tal Bárcenas? Pues que debía tener la certeza de que se quedaría con esa adjudicación, y que el beneficio obtenido permitiría cubrir ese "gasto extra" del pago a Bárcenas.
 
Nos acercamos al meollo de la cuestión. Parece ya claro no sólo que Bárcenas cobraba sino que además el que pagaba obtenía sus resultados. Esto lo podría hacer Bárcenas con el Partido Popular o al margen del partido. Para hacerlo al margen debería ponerse en contacto con el miembro del partido que adjudicaba y "convencerle" para que la adjudicación fuera hacía la empresa que le había soltado la pasta.
 
No dudamos de las dotes de persuasión de Don Luis el Cabrón, pero ese adjudicador sabía que estaba haciendo algo ilegal. ¿Lo hacía sin pedir nada a cambio? ¿Lo hacía además sin tener el respaldo del partido? No. O bien recibía algo a cambio, o bien lo hacía por imperativo del partido. El adjudicador es pieza necesaria para que Bárcenas pudiera mantener su negocio.
 
Se empieza a complicar la cosa. Ese adjudicador sabía que se exponía claramente a que le pillaran, a que incluso dentro del partido se le alzaran voces preguntando el porqué de su actuación. ¿Lo hacía por su cuenta y riesgo con la ayuda de Bárcenas? No, por el volumen de sobornos y de adjudicaciones, no cabe duda de que el que adjudicaba lo hacía con el respaldo del partido.
 
La hipótesis de que la fortuna de Bárcenas se adquirió al margen del PP empieza a tambalearse, pero aún le vamos a dar la puntilla definitiva.
 
Ya hemos llegado a la conclusión razonada ( y si alguien no está de acuerdo con el razonamiento que por favor nos plantee una alternativa) de que se sobornaba a Bárcenas, y que este convencía al adjudicador para que favoreciera al sobornante, y que éste actuaba con el respaldo y conocimiento del Partido Popular.
 
Ahora bien, ¿por qué el Partido Popular podría jugarse su reputación, su legalidad y sus votos permitiendo esas prácticas de Bárcenas? Ya hemos visto que era imposible que los miembros del partido desconocieran esas actividades al margen de la ley de Luis Bárcenas. Y si lo sabían, ¿por que no las cortaban?
 
Caben tres posibilidades. La primera que Luis Bárcenas chantajeara a todos los miembros de la cúpula del PP de alguna u otra manera. Por ejemplo, publicando documentos de Rajoy bailando en una carroza del orgullo gay en Chueca cuando era un joven y prometedor registrador de la propiedad o de Feijoo echándose unas risas emporrado con unos amigos del instituto en Villagarcía de Arousa.
 
La segunda, algo más creíble que la anterior, ya que queramos o no, algún miembro del partido popular no tendrá una vida oculta, resultaría que Bárcenas sobornaba a otros miembros del partido para conseguir su silencio y que hicieran la vista gorda en sus actividades al margen del partido.
 
Y la tercera, quizá la más plausible, es que el señor Bárcenas fuera únicamente un peón en la trama de financiación ilegal y sobornos del Partido Popular, que era el que ponía el nombre y la cara por el resto de miembros del partido, y que no era la cabeza pensante, sino uno más en la mafia, pero que al poner la cara. es el que ha caído.
 
Sea cual sea la posibilidad, lo que queda claro es que la hipótesis de un Partido Popular ajeno a Bárcenas es necesariamente falsa, mal que le pese al ABC y a La Razón
 
 

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