En primer lugar. Una reacción nuclear de fisión, que es la que se utiliza normalmente, consiste en coger unos átomos que tienen cierta inestabilidad generalmente algún tipo de isótopo de uranio o plutonio, y controlando la reacción, hacer que se partan, creando átomos más pequeños.
Esta reacción emite calor, que se aprovecha para hacer hervir agua que mueve una turbina y produce electricidad, pero también emite una serie de elementos subatómicos, lo que denominamos radiación.
Uno de esos elementos son los neutrones, que se utilizan para "gestionar" la reacción nuclear, ya que estos neutrones, al chocar con los átomos a fisionar, provocan esa fisión o ruptura.
Cuando no existe ningún control y el isótopo de uranio o plutonio fisionable tiene una gran concentración, la reacción es prácticamente instantánea y la liberación de energía se produce en muy poco tiempo. Es lo que se conoce como una bomba atómica de fisión, como las de Hiroshima o Nagasaki.
En las centrales nucleares existe un control, que es el grafito, que actúa como moderador, ya que absorbe neutrones. También influye la riqueza del mineral, que se presenta en una concentración muy pequeña, y el agua, que absorbe calor y mantiene la reacción a una temperatura moderada.
Y la central nuclear básicamente consiste en unas barras de uranio o plutonio de baja concentración del isótopo fisionable, unas barras intercaladas de grafito, que actúan como moderador, unos tubos de acero por los que circula agua que es la que se calienta y obtiene la energía del reactor, todo ello sumergido en una piscina de agua que se recircula para mantener la temperatura óptima.
La mayor parte de los accidentes graves, como Chernobil o Fukushima, se producen cuando por una u otra circunstancia el núcleo queda al aire. Entonces se descontrola la temperatura del núcleo y ésta empieza a subir descontroladamente.
Y con la reacción descontrolada y sin evacuación de energía, se empiezan a fundir los materiales. Primero el acero que soporta el núcleo, después los materiales del núcleo y estos materiales caen al fondo de la vasija, y empiezan a fundir el hormigón de la vasija.
En teoría, el núcleo, que se encuentra a unas temperaturas muy altas, de alrededor de 5.000 ºC avanzaría fundiendo todo a su paso, cada vez más profundamente, atravesando la tierra. Es lo que se conoce como Síndrome de China, que se hizo famoso en una película hace años.
Sin embargo, la realidad es que reacciona con el hormigón, y aunque funde parte de él, parte de los elementos presentes en el hormigón moderan la reacción del núcleo fundido (donde el uranio, plutonio, acero y grafito se han mezclado sin control) y hace que se solidifique.
Los peligros de un accidente nuclear como los comentados de Chernobil o Fukushima vienen del hecho de que cuando el núcleo se queda al aire y aumenta su temperatura, se produce hidrógeno, en parte procedente del agua del tanque, en parte creado como residuo nuclear (no nos olvidemos que el hidrógeno no es más que un átomo con un protón) y ese hidrógeno al reaccionar con el oxígeno, explota como explosión química, pero que es capaz de destruir las vasijas donde se contiene la reacción nuclear, quedando el núcleo fundido al aire, esparciendo el material radiactivo al aire.
Y el material radiactivo es peligroso ya que emite radiaciones que provocan mutaciones celulares y quemaduras. Y uno de los más peligrosos es cierto isótopo de yodo, ya que este elemento es vital para la vida y se almacena en el páncreas, por lo que llevaríamos el elemento radiactivo dentro de nosotros. Es por eso que se da yodo a la población, porque este elemento es rápidamente sustituido dentro del organismo, y además su isótopo radiactivo tiene una vida relativamente corta.
¿Y qué tenemos ahora en Fukushima? En el reactor 4 un núcleo parcialmente fundido, en reacción, que tiene una temperatura moderada porque se está refrigerando bombeando agua de mar, que como se contamina de elementos radiactivos, se almacena en tanques en el exterior. Esta solución tiene un límite, que es la cantidad de agua contaminada que se puede almacenar, que no es indefinida, y luego, qué hacer con ese agua. Pues bien, se están vertiendo al mar cerca de 300 toneladas de agua diarias.
Lo preocupante es que una cantidad importante de ingenieros y científicos tanto japoneses como de otros países llevan dos años y medio buscando la solución al problema, y no han dado con esa solución. y aquí no vale el decir que los japoneses no tienen capacidad para solucionar el problema, ya que tienen una capacidad de conocimiento muy grande y además están en contacto con los diseñadores de la central, los americanos, potencia amiga, y que puede verse afectada por el problema.
En este mes se va a intentar retirar el material fisionable que sea posible del núcleo. El riesgo es muy alto. No se va a producir una explosión nuclear como algunos agoreros han anunciado, porque el material no tiene la concentración suficiente para crearla, pero sí que pueden producirse fusiones parciales, y la provocación de explosiones químicas producidas por hidrógeno que esparcirían el material a retirar.
Y cuentan con el handicap de que no pueden utilizar demasiadas herramientas robotizadas, ya que la alta radiación contenida en el núcleo estropea inmediatamente cualquier elemento electrónico, por el efecto de la inonización de los materiales conductores de la electricidad.
Y aún así, queda el núcleo fundido, que sigue reaccionando, que se está manteniendo a una temperatura controlada bombeando agua de mar sobre él, y que no se sabe cómo desactivarlo, y que pudiera alcanzar el fondo de la vasija y contaminar los acuíferos circundantes.
El problema es muy grave, y de consecuencias a corto, medio y largo plazo impredecibles. Se sabe ya con certeza que si el núcleo acabara en el océano afectaría a todo el Pacífico Norte, y sus efectos se notarían en la costa Oeste norteamericana, así como a gran parte de Asia (Japón, China y Rusia principalmente) y aunque los efectos llegaran diluidos, serían constantes en el tiempo.
Y lo peor de todo, no se ha determinado aún la solución al problema.
Lo único que se sabe es que el mayor riesgo de accidente nuclear se produce debido a errores catastróficos en el sistema de refrigeración del núcleo (ya sea por error humano como en Chernobil, un desastre natural como en Fukushima o un atentado terrorista, guerra u otro tipo de problema no gestionable en condiciones normales) y que cuando el núcleo se funde, se produce hidrógeno que es el que mediante explosiones químicas, destruye el reactor liberando la radiactividad.
Hay quien sugiere que se podría contener los efectos del núcleo fundido modificando los fondos de las vasijas del reactor, creando en ellas laberintos recubiertos con material moderador como grafito, de manera que cuando el núcleo funde y llega al fondo, se dispersa y se controla la reacción, pero nadie en la industria nuclear va a realizar esos cambios en las centrales en funcionamiento, ni va a plantearlos en la nuevas para no arrastrar a realizarlos en las antiguas.
Estos días se decide el futuro de Japón y gran parte de la humanidad, inmersa en una crisis económica sin precedentes, en Fukushima. A ver que pasa, ya que un error en la extracción del material, y una reactivación de la fusión de ese núcleo provocaría una restricción importante en el comercio mundial, de productos japoneses y chinos principalmente, afectados por la radiación, con las consecuencias económicas de restricción de capitales asiáticos que ello contraería.
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